Separarse es una crisis profunda. Enorme.

Sobre todo al inicio, sientes como si una bomba hubiera destruido tus cimientos. Y el futuro nos atormenta desde el miedo: ¿me habré equivocado?, ¿qué hago ahora?, ¿cómo saldré adelante?

Toda la vida que antes transcurría en automático, debe ser re-pensada. La rutina, los horarios, la forma de comunicación y relación, las cuentas, el estilo de vida, donde vivimos, etc.
Tras la separación temes (y puedes) equivocarte mucho. Y, con esto, dañar sin querer a tus hijos y a ti mism@.

Por eso debes activarte y poner energía para informarte y sobre todo reflexionar cómo quieres vivir este proceso ANTES de tomar decisiones que afecten tu vida y la de tus hijos de manera irremediable.

Necesitas definir un plan de manejo de crisis, para luego pensar en el mediano y largo plazo.

Mientras más te informes, asesores y apoyes en lo emocional, legal y financiero, mejores serán las posibilidades de cerrar ciclos y avanzar de manera sana hacia un nuevo equilibrio.

Y para acompañarte te sugerimos la siguiente información y servicios: