El Divorcio de Mutuo Acuerdo es uno de los tipos de divorcio que existen en nuestro país, y tal y como su nombre lo señala, la principal característica de este proceso es que las dos partes deben querer y estar de acuerdo en divorciarse. 

Si bien este tipo de divorcio suena “ideal”, no es posible ni está indicado en todos los casos. Esto se debe a que la ley no sólo exige para este tipo de divorcio que la ex pareja coincida en su intención de poner fin al matrimonio – y que hayan cesado su convivencia por un plazo mínimo de un año – sino que también estén de acuerdo en una serie de condiciones y términos. Estas condiciones se especifican en el documento llamado “acuerdo completo y suficiente”, y que debe presentarse en conjunto con la solicitud de divorcio.

Se entiende que el acuerdo es “completo” cuando regula todo lo relativo a los hijos comunes – cuidado personal, alimentos, relación directa y regular – y al régimen patrimonial existente. Por otro lado será “suficiente”, cuando los términos del acuerdo sean coherentes con los derechos legales que tienen los hijos y ambos miembros de la ex pareja.

El juez recibe la solicitud de divorcio de mutuo acuerdo y debe determinar si las personas que lo están solicitando han cesado su convivencia por un plazo mínimo de un año y  si el acuerdo que acompañan cumple con los requisitos de ser completo y suficiente. El juez puede y debe rechazar la solicitud de divorcio si es que el acuerdo no cumple con estos requisitos. 

Muchas veces, las personas que atraviesan un proceso de separación tienen la intención de divorciarse  y coinciden en este punto, pero no logran ponerse de acuerdo en las bases para el acuerdo completo y suficiente. 

En Divorcio Sano sabemos  que conversar con la ex pareja puede ser algo difícil, especialmente si tenemos distintas visiones en cuanto a la crianza y la distribución de las finanzas familiares o si el quiebre de la pareja ha sido reciente y/o traumático. También sabemos que en estas conversaciones se mezclan temas emocionales que impiden que se tomen decisiones desde la racionalidad y la lógica. Por esto es que en general, sugerimos buscar el apoyo de un equipo profesional, que te pueda acompañar en el  proceso de negociación, buscando acuerdos justos para todas las partes que permitan resolver los conflictos existentes en vez de abrir nuevos conflictos o sumar más tensión a la relación que puede venir  dañada por el quiebre de la pareja.