Como explicamos en nuestro Libro, entre la declaración de “estamos separados”, la salida de la casa, el aceptar y luego “superar” el quiebre de pareja pasa normalmente un tiempo. Y es que necesitamos digerir y asimilar muchas cosas. Es decir, necesitamos hacer el duelo.
Normalmente cuando una pareja se separa, porque uno de los dos así lo decide, esa persona se encuentra mucha más avanzada en su proceso de aceptación emocional del fin de la pareja.
Muy probablemente, en su caso, la separación emocional comenzó mucho antes que para la persona que recibe la noticia. Por lo que no es poco frecuente que se puedan observar posiciones muy diferentes frente a la posibilidad de divorciarse. Especialmente cuando es un evento reciente.
Sin embargo, cuando ya ha pasado el tiempo, y la decisión de separarse es definitiva, es un error dilatar el trámite del Divorcio.
Tanto en lo emocional (porque se mantiene la ilusión de que seguimos unidos y se aprecia muchas veces límites poco claros por esta misma razón), como legalmente (porque siguen vigentes los deberes y derechos del matrimonio… y van aumentando las complejidades prácticas).
Esta es la razón por la cuál existe la figura de Divorcio Unilateral. Para lo cual los requisitos son:
- – Que uno de los dos desee poner fin al contrato del matrimonio.
- – Probar 3 años del cese de convivencia… esto es, del fin de la relación de manera definitiva.
Es importante señalar que hoy en día existen más posibilidades para probar este cese de convivencia, que el trámite del registro civil. ¡Así que no te asustes si no lo hiciste en su momento! Es muy probable que recurriendo a otros documentos, testigos, etc. se pueda avanzar igualmente hacia este fin.